martes, 20 de febrero de 2007

¿Juego de Jueces, o de politiqueo?


Soy uno de aquellos ciudadanos que, una vez leído fragmentos del estatuto catalán, deseo de manera fervorosa que se haga un estudio en profundidad en torno a determinados preceptos del mismo. Sin embargo, los 11 "sabios" que van a juzgar la constitucionalidad del mismo parten tras una recusación polémica, por llamarla de manera suave, de uno de los seis magistrados "progresistas", el experto en Derecho Constitucional Pablo Perez Tremps.


El motivo de su recusación reside en haber participado en la redacción de un informe sobre las competencias en política exterior de las Comunidades Autónomas, que sirvió para la elaboración de dicho título competencial en el nuevo Estatuto catalán. Si esa es la aportación de Tremps al actual Estatut, lo coherente es que se le hubiera recusado para juzgar su trabajo, es decir el Título sobre el que realizó su trabajo, sin embargo carece de sentido que se le impida pronunciarse acerca de la totalidad de la Ley Orgánica. Bueno, carecer carecer no, detrás de esta decisión se esconden grandes intereses políticos, y como no, los dos grandes partidos PP y PSOE, que son los que propusieron el nombramiento de estos doce magistrados. Ahora, con esta nueva mayoría, los conservadores pueden "campar a sus anchas", tras haber inhabilitado a su compañero a ser partícipe de una decisión de trascendental importancia para nuestro Estado de las Autonomías.


Por eso no extraña que ahora sea el Gabinete jurídico de la Generalitat quien pretende recusar a otro miembro del Tribunal, el conservador Zapata, por motivos similares que los que sirvieron de exclusión a Perez Tremps, lo que daría una nueva mayoría de 5 magistrados progresistas con el voto de la Presidencia. En definitiva, se ha olvidado el consenso en temas de Estado, y los Jueces más que nunca han pasado a hacer Juego de políticos. En lugar de valorar la constitucionalidad del texto de manera objetiva y eficaz, hoy en día dudosa en todos sus artículos, se prefiere ir a la persecución del adversario.


Los ahora once miembros del TC, se comportarán como once miembros de ideología apegada al partido que les nombró. La recusación, impulsada por las Ondas evangelizadoras y el diario El Mundo, no ha hecho más que ahondar en las diferencias y en propiciar que los Magistrados actuen como abanderados de unas determinadas siglas políticas. Parece que ahora el consenso, más que nunca, tampoco se va a dar en algo, que debiera estar alejado de unos intereses partidistas, como es juzgar de acuerdo a la Constitucionalidad, es decir, conforme a Derecho, y no a Politiqueo.

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